El aluminio, que constituye el 8% de la corteza terrestre, es el tercer elemento más abundante. Aunque no se halla libre en la naturaleza, sus compuestos han sido aprovechados desde tiempos antiguos en cerámica, colorantes y medicinas.
El aluminio posee excelentes propiedades que lo convierten en un material especialmente apropiado en construcción
El aluminio es ligero, con un peso específico de 2,7 gr/cm3, un tercio del acero. Su resistencia puede modificarse mediante la composición de su aleación.
El aluminio se protege naturalmente contra la corrosión con una capa de óxido, aunque existen tratamientos adicionales pueden mejorar esta protección.
El aluminio tiene una excelente conductividad de calor y electricidad, siendo casi el doble de eficiente que el cobre en términos de peso.
Esta característica, hace que el aluminio se utilice en reflectores para tubos fluorescentes, bombillas y mantas de rescate, al ser un material ligero y eficaz.
El aluminio es altamente maleable, lo que permite la fabricación de productos con un diseño muy específico.
El aluminio es impermeable, sin olor y no transmite sabores, además no es tóxico y no tiene olor ni sabor.
El aluminio es completamente reciclable y su reutilización requiere sólo el 5% de la energía necesaria para fabricar nuevos productos.
El aluminio es no combustible, según la norma UNE EN 13501-1:2002 (categoría A1)
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